Algo que hacemos (o hicimos) todas las amas de casa es, después de freír algún alimento desechar el aceite usado por el drenaje, sin tomar en cuenta o siquiera saber que es en cierta medida bastante dañino para el ambiente. Sobre todo por el hecho de que es algo que la gran mayoría de las personas hacen, si sumamos la cantidad de aceite usada por todas la gente de un determinado lugar yendo al drenaje...bueno es una gran cantidad de aceite vertida en los ríos y corrientes de agua.
Un "dato" bastante citado en internet dice que 1 litro de aceite contamina 1 millón de litros de agua. Esta aseveración es cierta hasta cierto punto, pero me gustaría explicarla más profundamente, veamos:
El aceite vegetal por sí solo NO CONTAMINA en el sentido estricto de la palabra, ya que es biodegradable, al ser de origen natural (semillas, frutos como la oliva, etc). Eso quiere decir que después de cierto tiempo es metabolizado por los microorganismos del ambiente y reintegrado a él.
Como bien sabemos, el agua y el aceite no se "revuelven" sino que, al tener densidades diferentes tienden a separarse. Por esta razón, al ser arrojada al drenaje y posteriormente al agua de los ríos, teóricamente, el aceite forma una capa sobre esta dificultando la correcta oxigenación del agua y afectando a los organismos que dependen de ella. Hablando en este sentido 1 litro de aceite podría ensuciar 50 mil litros de agua, osea, una pileta de 5 x 5 x 2 mts. ¿no parece tanto, eh? Sin embrago, en un río corre muchísima agua y sumado con el movimiento logra emulsionar el aceite en pequeñas gotitas que pueden ser metabolizadas de manera natural, como se mencionó antes.
Ahora bien, aquí estamos más bien hablando del aceite vegetal que ha sido utilizado para freír alimentos. Y ahí cambia la cosa.
Durante el proceso de fritura ocurren diversos cambios físico-químicos en el aceite a saber: hay un incremento de ácidos grasos libres por lo que se favorece la autoxidación del aceite la cual conlleva la formación de , hidrocarburos, lactonas, alcoholes, compuestos carbonilos, ácidos que provocan en el aceite alteraciones del olor y el sabor, conocidos como rancios, también el oscurecimiento de este. En experimentos realizados en animales (:()la administración de una concentración elevada de grasas oxidadas provocó problemas en el hígado conjuntamente con diarreas y pérdida de peso y del apetito y en caso de consumo prolongado se observó cáncer y la muerte.
No hay que sobrealarmarnos, aunque consumir alimentos fritos, no es muy sano que digamos, todas esas toxinas no se quedan completamente en los alimentos, solamente en cantidades relativamente pequeñas. ¿Entonces a dónde van? Pues al agua de los ríos, donde el aceite, en vez de ser reintegrado naturalmente al ecosistema libera dichos compuestos al ambiente y envenena a muchos organismos. Eso sin olvidar que dichos compuestos podrían trastornar, el proceso de emulsión del aceite facilitando la capa anti-oxigenación de la que ya se habló.
Por otra parte (y aunque no es el tema central del post) el aceite mineral, para auto, por ejemplo, es el que representa un mayor impacto perjudicial al ambiente ya que contiene metales pesados, contamina millones de litros de agua o varios metros cúbicos de suelo y prácticamente no es biodegradable. Por tanto jamás se debe desechar en el drenaje o el suelo, sino buscar opciones como centros de reciclaje especializados en recolectar aceite mineral.
Volviendo al punto: sabiendo lo dañino que puede resultar el aceite vegetal usado ¿cuál es la mejor manera de desecharlo? He aquí cuatro opciones:
- La mejor, más simple y obvia respuesta es reducir el consumo de aceite al mínimo, no solo por el bien ecológico, sino porque si cocinamos con menos aceite estaremos procurando la salud de nuestra familia. Un punto importantísimo: Nunca re-utilicen el aceite usado para frituras en la cocina. Como mencioné anteriormente, el proceso de freír alimentos oxida el aceite y libera sustancias dañinas, por lo que reutilizarlo podría traer feas consecuencias a la salud del consumidor.
- Otra también sencilla, pero no tan adecuada ecológicamente es ir acumulando el aceite usado en una botella ya sea de vidrio o plástico y cuando se llene botarla a la basura, perfectamente cerrada. Esto no es tan buena idea por la simple razón de que es muy probable que durante el proceso de transporte y recolección de basura la botella sea comprimida junto con todos los demás desechos y se rompa contaminando el suelo y los sólidos a su alrededor.
- Mi manera favorita de ir reduciendo el impacto del aceite que desechamos es la combinación de reducir el consumo de aceite y el poco que usemos y desechemos destinarlo a la fabricación de jabón casero, de ese que usaban nuestras abuelas en las épocas en que la lejía y los detergentes no estaban al alcance de todos. El proceso de saponificación reduce considerablemente el tiempo que el aceite tarda en biodegradarse. He aquí el proceso a seguir:
El aceite que va saliendo de las frituras que realizamos lo vamos
colando (con papel filtro de cafetera, un pedazo de manta u otra tela fina) para eliminar los residuos de comida y en lo posible las impurezas y lo
reservamos en una botella o garrafón perfectamente tapado.
- Materiales/ingredientes necesarios:
- Aceite vegetal usado
- Sosa cáustica
- Agua
- Detergente en polvo (opcional)
- Suavizante de telas (opcional)
Cada tipo de aceite tiene un
factor de saponificación diferente, pero en el caso de los aceites de girasol, oliva, soya y maíz (los más comunes en México) es muy parecido: a saber 0.136.
Esto quiere decir que si queremos saponificar 2 lts. de aceite vegetal multiplicamos:
2000 ml x factor de saponificación (0.136)= es decir, necesitamos 272 grs. de sosa cáustica.
La fórmula aplica para otras cantidades. La cantidad de agua será igual en lts. a la del aceite, en este caso usaríamos: 2 lts de aceite vegetal, 2 lts de agua y 272 grs de sosa cáustica. Puede sonar complicado, pero en la práctica no lo es.
Notas: Yo aconsejo usar gafas, aunque sea de sol para protegerse y guantes, pues nos podemos quemar por el contacto de la sosa, que es un producto muy corrosivo o por los gases que emite mientras lo elaboramos. Sin embargo, si se siguen correctamente las instrucciones y se maneja con cuidado no representa ningún peligro. En cuanto al jabón resultante una vez echa la mezcla y puesta a secar en los moldes, debe dejarse en un lugar donde no lo toque nadie, unas tres o cuatro semanas para que se "cure" y ya después se puede cortar y es completamente inocuo para la piel y la ropa. Hay que tener mucho cuidado de no utilizar recipientes de metal durante el procedimiento, ya sea para guardar el aceite, realizar la mezcla o como moldes. Tomando en cuenta las anteriores instrucciones y precauciones, procedemos:
Se vierte en un gran recipiente de plástico el agua con el aceite. Luego se agrega la sosa tomando las debidas precauciones. Se mezclan con el palo.
Removeremos con un palo o cuchara de madera (recordar no usar nada de metal) siempre en la misma dirección. La mezcla se irá solidificando poco a poco, aunque puede tardar tiempo, hasta alcanzar un punto semejante a la mayonesa , mientras no dejaremos de mover, insisto, en la misma dirección. Esta mezcla estará lista cuando saquemos el palo limpio, sin que queden restos de la pasta adheridos a él.
Después la volcaremos en moldes forrados de tela y dejar secar a la sombra de 2 a 4 semanas. (Se seca mucho antes, a los 3-4 días, cuando podremos cortarlo, pero se debe dejar reposar para que la sosa no sea tan "fuerte" que es cuando puede irritar la piel)
Una vez seco y "curado" se puede desmoldar y cortar de acuerdo a los tamaños y formas necesarios.(si no lo hemos hecho ya, recuerden que seca mucho antes del plazo de curado y en ese periodo se puede cortar si preferimos.)
Así es más o menos como queda el jabón a los 4 días.
Si lo deseamos podemos agregar un puño de detergente en polvo o suavizante de telas para aumentar el efecto limpiador del jabón de ropa o darle olor; esto lo haremos al momento de agregar la sosa cáustica a la mezcla. De este jabón para ropa se puede agregar un pedazo a la lavadora en alguna bolsita de red (para que no se pegue a la ropa) y la deja limpísima, manchas muy difíciles se tallan directamente con el jabón y salen con facilidad, yo lo he probado y es magnífico. Sirve también, derretido en agua caliente para limpiar pisos, especialmente sucios, como los de cocina, los deja más que perfectos.
Contrario a lo que podría pensarse el jabón, después del periodo de curado, no guarda ningún olor a rancio ni tiene textura o color desagradable. Incluso se puede utilizar con fines cosméticos sin ningún problema: la mayoría de los jabones artesanales están hechos con esta misma técnica, podremos agregar aceites esenciales para perfumar, hierbas aromáticas; germen de trigo y avena (para exfoliar); aloe vera, cápsulas de virtamina E (para la piel); aceite de almendras o uvas (para suavizar) o cualquier cosa que se nos antoje.
Jabones artesanales con aroma y hierbas.
- La cuarta y última opción, no es tan trabajosa como la fabricación de jabón, pero a la gente le sigue dando pereza siquiera informarse al respecto. Y me parece la mejor forma de realmente reciclar el aceite, esto es llevándola o vendiéndola a centros de acopio y procesadores de aceite vegetal que se dedican a tratarla en diferentes procedimientos, principalmente en la fabricación de bio-diesel. En Monterrey hay varias empresas que se dedican a comprarlo, en cuyo caso, solo habría que reservarlo como ya expliqué anteriormente y llevarlo a la planta correspondiente. En la siguiente liga está el Directorio de la Industria del Reciclaje de Nuevo León donde además podrán encontrar muchísimas más empresas que se dedican a comprar o colectar productos reciclables, como cartón, aluminio, plástico, etc.
Es hora de irnos haciendo cada vez más conscientes de a dónde van a parar nuestros desechos y que podemos hacer para minimizar el impacto de nuestro consumo. No más aceite al drenaje.